sábado, 8 de octubre de 2011

MI MADRE

Me despido al anochecer y contemplo mi imagen
en el espejo del techo, pues lo ultimo que veo
al apagar la luz me gusta verlo al amanecer.
Ahora la primera duda del día, ¿que ropa ponerme?
hace mucho que he dejado de repetir traje,
no es de buen gusto, me dice siempre mi madre.
Le consultaré pues es en quien mas confió
Y no me dejará hacer el ridículo,
y de paso le pediré que me prepare
mi comida favorita (huevos a la jardinera
con tortitas de maíz).
Ya lista para salir, me pongo las gafas,
me ayudan a ocultar la intensidad de mi mirada,
compruebo que llevo en el bolso la cucharita
de plata que me regalo mi madre el día de mi primera
comunión y de la cual nunca me separo, me da seguridad.
No puedo confesar que me avergüenza envejecer.
Guardo la foto de mi madre cuando aún no tenía
dieciséis años, y así la veo siempre joven, linda
y divertida, mi madre es la mas perfecta
de todas las mujeres y le diría a la luna:
A mi madre no le haces sombra.
No podré decir nunca esto no es posible,
pues me persiguen los recuerdos de esas
personas que dictaban y ejecutaban
solo por no pensar como ellas,
y sueño todas las noches con poder decirle
a un mendigo: Pide pero no lo necesitas,
ese es tu hobby.

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