viernes, 7 de octubre de 2011

Me siento hija de un sueño

Aquí te espero cada noche rio soñado;
cuando ya te abrazas con el mar,
de chiquita estuviste apunto de tragarme
pero al llegar a el mar una ola me abrazo
y dejo mi cuerpecito sobre la arena,
me quede mirando con ojos de inocente criatura
no entendí el milagro, pero tampoco sentí miedo,
entonces eras un rio abandonado y sucio
a pesar de la riqueza que de ti salía,
hoy eres grande como antes
pero limpio hermoso y fascinante,
cuando ya mi afición a la montaña fue una realidad  
cogí mi mochila y recorrí todo tu caudal,
desde donde salen tus primeras gotas de agua
fui bajando poco a poco a tu lado, cuando podía
bajaba por la corriente y barrancos y cuando no
te seguía por los caminos, carreteras o sendas :
nunca olvide aquel día, lloraban por mí, temían por mi vida,
yo aun no lo entendía muy bien pues no vi el peligro y si el milagro,
le doy las gracias a la ola dorada, gracias rio amado, siempre será
tu desembocadura, ese mi rincón preferido, San Esteban de Pravia,
 de vez en cuando subo a verte salir de tu nido, de tu Fuente Nalona.



No hay comentarios:

Publicar un comentario