lunes, 17 de octubre de 2011

EL ACANTILADO

Al agreste acantilado
hoy he vuelto a meditar
y ver las sufridas rocas
golpeadas por el bravo mar,
donde tarde gris oscura
fuimos juntos a pasear
un amor poco sereno
que queríamos serenar.
Hoy vuelvo al retorcido lugar
a ver las rocas hostiles
y el agua en ellas bramar.
Soleado y alegre esta el día
con brisa y aliento de mar,
en contraste con mi pena
que no deja de penar.
Y las olas van y vienen
cantando la canción de no acabar
de inciertos amores míos
que estuvieron sin estar.
Cantan grillos y cigarras
en esta tarde estival,
cantan las fuentes y ríos
y yo quisiera llorar,
lloraría de desencanto,
de angustia y de pesar,
por amores prometidos,
tenidos???Nunca jamás.
Los prados tiñen de verde
de verde esperanza el mar,
de esperanza que se pierde
de tanto desesperar.
Que me diga la esperanza
que verde la han de pintar
si el tiempo que se ha perdido
se puede recuperar;
pero yo sigo esperando
y sigue cantando el mar
que la esperanza no espera
por quien no quiere llegar.
Y las olas van y vienen
cantando a todo cantar
cantando las penas mías
que cantan por no llorar.
Al agreste acantilado
hoy vuelvo a visitar
y fueron mis compañeros
rocas, recuerdos y el mar.
Y este trió de compañeros
me hacen de nuevo pensar
que aquel amor no sereno
se quedo sin serenar.



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